Un paralelismo que invita a soñar con Nadal en Wimbledon
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Rafa Nadal ha vuelto por sus fueros. El tenista manacorí acaba de conquistar su décimo Roland Garros y afronta con energía positiva el próximo Grand Slam, que no es otro que Wimbledon. Con menos presión que en París, obviamente, pero con ganas de dar la sorpresa en la hierba de Londres. No es el gran favorito. Al menos, en las apuestas están por delante Roger Federer, principal candidato (3.50 €) y Andy Murray, que ha ganado dos de las cuatro últimas ediciones (4.00 €).
La cuota por el triunfo de Nadal en Wimbledon es de 5.50 €. El balear tocó techo en Centre Court en 2008 y en 2010. Y lo cierto es que, si hacemos un paralelismo de ambos años con 2017, encontramos un camino similar, idéntico en títulos, que podrían invitarnos a apostar por el español en Londres. El torneo arranca el lunes 3 y concluye, con la gran final, el domingo 16 de julio.
Tanto en 2008 como en 2010, Rafa Nadal había ganado los tres mismos títulos que lleva en 2017. Y es algo que, pese a lo que pueda parecer, sólo se dio en esos años en que el de Manacor acabó conquistando Wimbledon.
Un camino exacto antes de Londres
En primer lugar hablamos del Masters de Montecarlo. Nadal lo ganó este año en abril imponiéndose a Albert Ramos en la final. En 2008 lo hizo ganándole a Federer y en 2010, a Fernando Verdasco. En mayo, Nadal repitió victoria en el Masters de Madrid, que conquistó tras vencer a Dominic Thiem en la final. También lo había ganado en 2010, imponiéndose a Federer. Y había ganado el torneo equivalente al de Madrid, el Masters de Hamburgo, en 2008. De nuevo superando al maestro suizo.
Para colmo, Nadal ha vuelto a coronarse en Roland Garros en este 2017. Su décimo título sobre la tierra batida de París tras desesperar a Stan Wawrinka. El rey único e inimitable en un torneo que ya conquistó en 2008 y 2010, como los anteriores, imponiéndose a Roger Federer y a Robin Söderling, respectivamente.
Nadal ha ido escalando en las apuestas de Wimbledon gracias a sus victorias en lo que va de año, a su estado de forma. Quizás todos estos ejemplos que hemos analizado sean una señal, un indicativo de que el español puede dar la sorpresa en la hierba de Londres pese a no partir como principal favorito y que el verde no sea su especialidad. ¿Estás decidido a apostar por él?